lunes, 21 de marzo de 2016

Unísono

La razón,
todo lo piensa,
todo lo sabe,
nada espera,
y todo lo hace.

El sentimiento,
todo lo pasa
todo lo siente,
nada repara,
y todo complace.

Cuerpo, alma, y espíritu, 
el alma piensa, 
anhela, 
sueña y se desvela, 
el espíritu siente, 
desea, 
sufre y crea.

El alma desea el futuro, 
el espíritu recuerda el pasado.

El cuerpo materializa el tiempo, 
el pasado y el futuro a un mismo encuentro, 
convierte en presente lo que fue y lo que será, 
lo que se fue y lo que vendrá.

Sin tiempo no hay ni razón ni sentimiento, 
no hay anhelo ni recuerdo, 
no hay firmamento.

En el cuerpo se amalgama el tiempo, 
se funden el sentimiento y la razón, 
lo calculador y lo carnal, 
lo preciso y lo pasional, 
la lógica, 
la razón, 
la emoción y el corazón.

¿Acaso no se siente lo que se piensa ni se piensa lo que se siente?

Aquello que se piensa se piensa porque se siente, 
así es como todo comienza, 
tan solo se siente,
la lógica empaca el sentimiento con razones, 
y al final, 
no hay mejor razón que la que no existe.

Aquello que se siente se siente porque se piensa, 
así es como todo persiste, 
tan solo se piensa, 
la emoción adorna el pensamiento con sensaciones, 
y al final, 
no hay mejor emoción que la que persiste. 

Argumentaciones, 
sentimientos, 
no hay mayor distinción, 
el ser humano busca justificar sus sentimientos, 
busca sentir su razonamiento, 
busca reconocer su condición, 
busca conciliarse adentro, 
sin saber que es solo una y no dos.


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