La imagen y su reflejo,
se crean en paralelo,
descubriendo el uno al otro,
frente a los espejos rotos.
El amor y su retrato,
lo pinta de buenos ratos,
enfocándose en aquello,
que se siente y no se piensa.
El miedo por otro lado,
espera un futuro roto,
lo opaca de forma densa,
dejando a la luz dispersa.
Amor y miedo en la foto,
como retrato devoto,
se miran en el espejo,
haciendo un cuadro completo.
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