No se puede amar la suave brisa del verano,
ni el suspiro de tus labios,
que de tiempo en tiempo le roban una sonrisa a mis recuerdos,
y le quitan una primavera al verano.
No se puede amar la melodía de la lluvia en el invierno,
ni la canción de tu voz al despertar,
que llena de colores a los grises azules de mis versos,
y le añaden un otoño a cada nuevo invierno.
No se puede amar a mis más preciados recuerdos,
ni a tus ojos mirándome,
con esos grandes destellos que opacan al más tierno de los luceros,
que le dan vida a la vida,
y que llevo tatuados en mis recuerdos.
En cambio se puede amar la nevada en la primavera,
así como a tus miedos y tus culpas,
que te hacen tan humana e imperfecta,
y convierten al mas intenso verano en primavera.
Se puede amar la inclemente tormenta en el otoño,
así como tus diferencias y debilidades,
que te llenan de misterio y fortaleza,
y regresan del frío invierno al otoño.
Se puede amar aquello que no quiero de ti,
lo difícil y tortuoso,
lo amenazante,
lo complejo y desafiante,
porque amar lo que quiero no es amar en verdad,
amar lo que no quiero es aceptar la realidad,
es contemplar tus ojos y respirar,
y poderme enamorar,
aunque sea un poquito más de ti.