lunes, 5 de diciembre de 2011

Podría


Podría decirte que el resplandor de tu sonrisa
convierte cualquier trivialidad en lo más elegante
que tus ojos soñadores, precisos y fulminantes
detienen el tiempo y evitan que vaya de prisa

Podría decirte que el ondular de tu cabello
adorna el viento que desliza por detrás tu cuello
que tu sola presencia irrumpiendo en el camino
se vuelve mi mejor aliado y mi peor enemigo

Podría decirte lo hermosa que es tu sonrisa
lo bello de tus ojos y lo lindo de tu cabello
pero sería cobardía hablar solo de ello
como volar alto y luego descender muy a prisa

Si lo más preciado no es lo que percibe la razón
es aquello que se siente con los ojos del corazón
si lo más singular y bello que me quita la calma
es esa luz blanca que habita dentro de tu alma


lunes, 21 de noviembre de 2011

Regresar

Que difícil es a veces respirar,
despertar un día y mirar atrás
anhelar los recuerdos
palpar aquellos viejos sueños,
y mirar atrás.

Dejar las calles y avenidas,
la infancia y  las costumbres aprendidas,
el bullicio intermitente,
tu cuadra,  tu gente,
y aquello que llaman identidad.

Irte lejos de ese tiempo,
de las tardes que transcurrían lento,
de las ansias,
de la infancia,
de la inocencia que tenías dentro.

Que triste es partir,
de aquel amor que te vio reír,
que te consolaba,
que simplemente te amaba,
y que con tus primeras palabras hiciste sonreír.

Que difícil es a veces esperar,
sin saber del destino el lugar,
ni del tiempo el momento,
ni de la persona el sentimiento,
tan solo quiero sentir el viento,
recuperar el aliento,
y tan solo espero,
algún día poder regresar.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El azar banal. Plan: abrázale

-¿Hacia dónde joven?- Me preguntó el taxista cuando estábamos sentándonos en el asiento de atrás. 
-Para la universidad por favor- Respondí.

La verdad, nunca pensé que ella fuera a aceptar. La había conocido un par de semanas atrás mientras estudiaba en la biblioteca y hasta hace unos días supe que trabajaba a dos cuadras de la oficina. Los azares del destino que le llaman.

Esa mañana tenía reunión de profesores en la universidad. Cada fin de mes el departamento de Lenguas Extranjeras hace una reunión con todos los profesores y auxiliares para evaluar el desempeño de los alumnos en los diferentes niveles.  Justo era a la hora del almuerzo, y en un arranque de locura decidí pedirle si me acompañaba. Contrario a todo pronóstico aceptó, y allí nos encontrábamos los dos en el taxi de camino a la u.

Ella llevaba sus libros de economía bajo el brazo para poder estudiar mientras yo entraba a la reunión, igual no duraría mas de 45 minutos, generalmente en esas reuniones todos dicen que se han cumplido los objetivos y nada más. Debió haber ido tan nerviosa como yo, durante todo el trayecto no cruzamos palabra y se aferraba fuertemente a sus libros. De vez en cuando notaba como me veía de reojo y yo por el otro lado intentaba disimular el sudor de mis manos. Fueron los 15 minutos más largos que he pasado en mucho tiempo.

Cuando llegamos fuimos a comer a la cafetería, ella se quedaría estudiando allí mientras yo iba luego a mi reunión. Ese era el plan. Pero no fue así. Los azares del destino que le dicen. 

Comenzamos hablando de Borges y de Benedetti, de música y de religión y de mil cosas mas, sin embargo el clímax de la conversación fue cuando hablamos sin hablar. Me miró fijamente a los ojos, con una calidez tal que me tocó el alma como nunca nadie lo había hecho. Fueron los 15 segundos más cortos que he pasado en mucho tiempo.

La tomé de la mano y fuimos a caminar. Quien diga que para conversar hay que ser un culto orador, es por que no ha hablado con el corazón. Cruzamos tan solo un par de palabras, sin embargo conversamos tanto que ella llegó a conocerme de verdad. 

-¿No tenés que ir a tu reunión?-

Me quedé pensando un rato.  Sabía que de una regañada no pasaría.

-Hoy no. Hoy no me importa nada. Hoy solo quiero estar contigo.-

Me apretó un poco más fuerte la mano y seguimos caminando. Por primera vez en mucho tiempo me sentí libre de hablar, de ser como soy. Creo que ella sintió algo parecido. Comenzó a contarme de su infancia, y yo comencé a enamorarme de sus ojos café. No se si habrá notado con la atención que la veía, solo sé que para mí no había nada más en este mundo que no fuera ella. 

Una alarma en mi celular me trajo de vuelta a la realidad. Ya habían pasado dos horas y era tiempo de regresar a la oficina. Llamé un taxi de regreso y fuimos a la salida de la u para esperarlo.  La tomé de los hombros y luego la abracé. De acuerdo al plan fortuito, sin ninguna estrategia ni preludio, solo la abracé.  


Nos quedamos esperando al taxi, ella tomó sus libros y yo crucé los brazos para no mostrar mi nerviosismo. No cruzamos mayor palabra, no sé si por la emoción o para no quitarle lo mágico a ese momento. 

Ahora tenía que inventarme alguna buena excusa para mi ausencia de la reunión. Lo bueno era que mi auxiliar había llegado, o al menos eso esperaba yo.  En un abrir y cerrar de ojos se había pasado la hora del almuerzo, y allí estábamos esperando de vuelta al taxi. 


La verdad, nunca pensé que ella fuera a aceptar. Nos habíamos reunido tan solo un par de veces antes de eso, tan solo a comer en una cafetería donde los dos íbamos desde antes de conocernos. Los azares del destino que le llaman.


-¿Hacia dónde joven?- Me preguntó el taxista cuando estábamos sentándonos en el asiento de atrás. 
-Para El Editorial por favor- Respondí.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Hablar contigo



Hoy quise hablar contigo,
quise detener el tiempo y tan solo hablar contigo,
pararme entre la gente,
mirarte a los ojos,
y hablar contigo,
quizás no se pudo,
quizás paso todo tan de repente,
quizás no lo haya querido el destino,
quizás fue culpa de la suerte,
al final no apareciste en mi camino,
pero hoy quise hablar contigo

Y decirte de mi suerte,
de mi pasado y mi presente,
de mi mundo y mi gente,
y de mis sueños recurrentes,
de tu sonrisa y tu pelo largo,
de tus ojos color cafe encanto,
de tu piel y tu cintura,
y de tu alma que ilumina la luna

Hoy quise hablar contigo,
poder verte en la calle,
hablarte aunque sea como amigo,
sin pretender el mas minimo detalle,
simplemente hablar contigo,
y tener excusa para oir tu voz,
tener pretexto para ser un soñador fugitivo,
y darle un par de balazos a la razón,
quise por un instante sentirme vivo,
jugarle la vuelta a la situación,
pero al final no pude hablar contigo,
aunque no lo entienda mi corazón.









viernes, 14 de octubre de 2011

A mi lado

No te alejes de aquí
no te ausentes como siempre
no te alejes de mí
no huyas de repente
no me dejes aquí
con mi alma penitente
no te apartes de mí
no termines el presente

Deja que el mundo se desvanezca
deja que todo lo de afuera perezca
deja todo lo importante
que lo importante
dejó de importarme desde que apareciste tú

Deja el futuro y el pasado
deja descansar al tiempo que está cansado
déjalo por un instante
que por un instante
llenarías todo mi tiempo y mi espacio

Déjame aferrarme a tu espalda
déjame aferrarme a tu alma
aunque sea un momento
déjame detener el tiempo
desaparecer el espacio
y contemplarte muy despacio
fijarme en tus ojos
y perderme entre tus labios rojos

Olvida lo que fue y lo que será
olvida lo que vino y lo que vendrá
estaciónate en este momento
quítale lo efímero al alma y al cuerpo
y has de este instante algo eterno

Pónle pasado a mis recuerdos
dale inspiración a mis futuros cuentos
pero quédate por un momento
has que el tiempo transcurra lento
y que juntos nos arrulle el viento

Tan solo déjame soñar despierto
tan solo déjame seguirlo siendo
tan solo déjame seguirte teniendo
tan solo déjame seguirte queriendo
y déjame un momento vivir atado
a este instante sin futuro ni pasado
quizás así pueda vivir sin el tiempo aferrado
quizás así pueda reír sin el dolor estancado
quizás pueda invadir tu corazón atrincherado
y así finalmente verte despertar a mi lado.


miércoles, 5 de octubre de 2011

Tempo

Era una noche fría. Todo el día había estado trabajando en una nueva aplicación de ecuaciones diferenciales estocásticas al modelado de sistemas de oferta-demanda en pequeñas empresas. Esos matemáticos de Rutgers por fin habían podido convencerme que las matemáticas en la economía eran mucho más que el equilibrio de Nash.

Salí de mi oficina al rededor de las once de la noche. Era una noche fría. Ese día había decidido no llevar mi bicicleta a la universidad,  dándome una oportunidad de escapar de la rutina y disfrutar una pequeña caminata a casa, a solas. Salí de E. Brown Hall y la universidad estaba desierta. Incluso la biblioteca albergaba solamente a una decena de alumnos, cosa que no era de extrañar, puesto que no era época de exámenes y porque supongo que la mayoría de la gente normal utiliza la noche de un martes para cosas de índole un poco diferente a la mía.

Comenzaba a lloviznar y por un instante reproché mi huida de la rutina. El campus era grande y solamente veía caminar a lo lejos a una parejita de estudiantes, probablemente de primer año, que se paseaban por los jardines de la escuela de arte.

Inadvertidamente me sumergí profundamente en mis pensamientos hasta que una suave y dulce melodía me trajo de vuelta a la realidad. Pensé por un momento que se trataba del reproductor de música de uno de los tantos trotadores nocturnos, sin embargo yo era el único que pasaba frente al JC Howard Music Hall en ese momento. Trate como pude de seguir la dirección de donde provenía la melodía, y al cabo de unos instantes de dirigir mis pasos a prueba y error, logré descubrir que el sonido venía de una puerta entre abierta que se encontraba a un costado de la entrada para recitales de piano. Me acerqué a la puerta y la melodía se esclarecía poco a poco. Era la sonata en do menor opus 13 de Beethoven, "La Patética". Entré al edificio impulsado más por la curiosidad de saber quien practicaba a esas horas de la noche. A través de la ventanita de la puerta del salón de recitales se dibujaba su silueta, era una mezcla mágica de movimientos y sonidos, una coreografía suave y delicada que firmaba con sonidos cada uno de los suaves matices de esa bailarina de partituras.

Me deslicé dentro del pequeño salón sin hacer mucho ruido. Estaba completamente vacio. Al parecer ella no advirtió mi profanación de aquel pequeño santuario musical. Una pequeña luz iluminaba su sitio en el escenario y lo demás estaba en tinieblas, como dando a entender tácitamente que en ese salón lo único que existía era esa amalgama del artista y su instrumento, donde nada mas importaba, donde nada mas era importante. 

Dicen que hay que bailar como que si nadie te mirara y definitivamente esto se aplicaba también acá. Unos instantes me bastaron para convencerme que el mejor concierto era aquel que se tocaba para nadie. La magia que salía de esa escena era hipnotizante, confundiéndome a veces donde terminaba ella y donde comenzaba el piano. La música transmitía un cierto aire de libertad, de sinceridad, de naturalidad. Era como ver a un espécimen en su hábitat natural. Sin presiones ni ataduras. Los repetidos compases luego de alcanzar una nota errónea le añadían un ligero pincelazo de realidad a dicha actuación celestial. 

Definitivamente, hay que interpretar como si nadie te eschucara. Ver ese cuadro sonoro me llevó a pensar mucho, y a la misma vez, pensar en nada. Me sedujo a saborear una por una aquellas notas que profería ese monstruo mitad madera mitad carne y hueso. Digerirlas una a la vez. Concentrarme en ellas y solo en ellas. Me hicieron olvidar todo lo demás, puesto que no había algo mas que ellas. En ese momento, el mundo había dejado de existir, y todo lo que era, era solamente ellas. No había nada. No había nadie. No había hubo ni habrá, solamente había ellas. Fue entonces que el tiempo se detuvo, dejó de existir, y solamente allí cobró sentido. Dejó de existir y tuvo sentido. 

Fue entonces que comprendí lo que era el tiempo.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Venganza furtiva

En seguida reconocí esa fría mirada. Pupilas dilatadas, expresión opaca y alma de hielo. Era la misma que había estado enfrentando todos los días frente al espejo por los últimos cinco años. Decidida y fría. Directa.

Sin las acciones protocolarias del caso se inició la silenciosa conversación. Cual reunión de ex convictos, se protegía al máximo toda información clasificada, acto totalmente innecesario dado al tácito conocimiento de los acontecimientos ajenos. Dios los hace y ellos se juntan, versa un popular proverbio. 

De una cierta manera, el anonimato mantenido brindaba una superflua protección.  Sonrisa dibujada a medias con ligeros toques de cinismo. Roces furtivos e indirectas a discreción. De ambas partes se buscaba solo eso, una venganza. Mejor dicho, una venganza más. Premeditación, ventaja y alevosía era prevista en ambas partes. No hay nada más descarado que ser presa voluntaria. Si es posible el ser víctimas de a dos, ¿por qué no victimarios en pareja? Se trataba de un juego con información perfecta disfrazada de misterio. Perfecta cuadro para una venganza por partida doble. Mejor dicho, para una venganza más. 

El crimen perfecto no es aquel en el que no se descubre al criminal, sino en el que no se precisa descubrirlo. 

Con profesional actuar es borrada la escena del crimen. Despojos de pintalabios y rasguños son removidos con precisión quirúrgica. Los atuendos impecables. Los testigos mantenidos en el anonimato. La gente no se ha percatado del hecho delictivo. Los autores originales de esta cadena de hechos no son enterados. Todo se ejecuta con total discreción. La venganza se ha consumado de nuevo, ahora por partida doble. 

Sonrisa dibujada a medias con abundantes toques de cinismo.  En ausencia de jurado pesquisidor, una absolución mutua deja a ambas partes en libertad bajo fianza. El cargar con la secretividad de su proceder es el precio estipulado. 

Una despedida silenciosa concluye el móvil nocturno, privando a las partes de segundas audiencias y tan solo dejándolas a la deriva en busca de otra venganza furtiva.



jueves, 22 de septiembre de 2011

Ojos Verdes

-¿Completa o descremada?
-....com...pleta por favor....- respondí tratando de reincorporarme. Por alguna razón había volteado a ver justamente cuando sus ojos verdes se estaban clavando en mí desde la entrada de aquel pequeño café.  Como pude disimulé y volví a hablarle a la cajera

-¿Puede hacerlo seco por favor?
-Con mucho gusto- respondió. Creí que solo yo me había percatado de ese minúsculo momento de lapsus mental. Tomé mi capuccino y procedí a sentarme en uno de los cómodos sillones del lugar.

Me disponía a leer el periódico cuando alcé el rostro como por instinto y de nuevo me encontré con su mirada. La verdad no sé si adrede se habría sentado en unos de los sillones de enfrente o si simplemente fue una jugada más del destino. Quizás simplemente estoy pensando de más como siempre. Traté de disimular de nuevo, aunque no pude quitarme esa sensación de estar al descubierto. 

Traté de enfocarme en las noticias del día, la verdad no sé porque me había conmocionado tanto, fue como si en ese instante hubiera clavado sus ojos dentro de mi alma, como si ya nos hubiéramos conocido desde una vida remota y casi olvidada. 

Volví a ver hacía donde estaba, como viendo a la gente pasar nada más, y de nuevo cruzamos miradas. Esta vez estaba hablando con alguien, sin embargo mantuvimos la mirada fija por un par de segundos, como sosteniendo una conversación silenciosa y a la misma vez, profunda.

-olvidó su cambio- me dijo la cajera sacándome de un trance repentino, y cuando volteé a ver, esos ojos verdes ya no estaban allí. Se había marchado, junto con mis recuerdos venideros. 

martes, 23 de agosto de 2011

Cabello Lacio

¿Porqué te busco como un refugio a la monotonía,
si ni siquiera alcanzo a tener el roce de tu mano,
si mi mente no te logra retratar todavía,
porqué siento el deseo implacable de decirte que te extraño?

Inmerso en un mundo de fantasía
me encuentro con mil desilusiones
quimera de noche, prófuga de día
y tu acechante reflejo en todos los rincones

Musa utópica y adictiva
mezcla armoniosa y sedante
canción pausada, estrepitosa y fugitiva
asesina a sangre fría de cualquier instante

¿Qué destino posee esta travesía,
si estoy perdido en el tiempo y el espacio,
si el único requisito para terminar mi utopía,
es que sea mío tu cabello lacio?




sábado, 13 de agosto de 2011

Gerundio

Definirse para ser definido
reflejarse para ser aceptado
sentirse

Si buscarse por encontrarse no es mas que huirse
sería mejor rendirse
encontrarse en el fin y al fin encontrarse

Si divagar en lo profundo del ser es emerger en el otro
si huir solitariamente es afianzarse en dúo
si al conocerse se pierde el conocimiento y se termina por desconocer lo conocido

¿Definirse o encontrarse?
¿adaptarse o acostumbrarse?
librarse para atarse

Definir sin ser definido
elegir sin ser elegido
ser verbo sin ser participio
es ser predicado de un sujeto tácito
es la contradicción más perfecta y absurda
la ironía más compleja y astuta
y absurda
tan absurda que se vuelve apática
y de la excepción, la regla












jueves, 14 de julio de 2011

Laberinto

Como sol sin luz
Como mar sin azul
Como playa sin brisa
Como tiempo que va deprisa
como estando sin estar
mirando sin respirar

El agua cae
con su golpeteo ilumina el lugar
llena el silencio
aclara el espacio

A veces es estar
y estando se disipa el ser
estando en todo
siendo nada

Caminando entre las veredas
entre los mas recónditos pasajes de este laberinto
jugando a resolver los dilemas pasajeros
eternizando el instante azul que se dibuja a la lejanía
tan distante y tan reciente que se transforma en una letanía
en el espacio abierto, desolado, inhundado por el tiempo
se refleja el pasado
sin dirección ni sentimiento
sin razón ni esparcimiento
estando sin ser
y siendo nada más


Un laberinto sin paredes
un escaparate sin papeles
tratando de encontrar la salida
para poder entrar
recorriendo la herida para poder sanar
escapar del laberinto
huir de su recinto
y así dejar de tan solo estar

Miedo

-¿Qué es el miedo?


-La verdad no sé. Es algo dificil de definir, algo como el amor, o el tiempo, algo que solamente se puede sentir y experimentar.


-Pero de alguna manera podriamos tratar de definirlo, ¿no?


-Bueno, tal vez se pueda caracterizar de alguna manera, algo así como la noción de conjunto, que es algo que no se puede definir, solamente se puede describir. Para mí, en dicho sentido relacionaria el miedo con dolor, siempre que se habla de miedo es por preever que haya algún acontecimiento doloroso en el futuro, ya sea físico o emocional.


-¿Y qué del miedo a la muerte?


-Buen punto. Quizás es posible decir que el miedo incluye dos posibilidades, una relacionada con el dolor y otra con la pérdida de algo, con el cambio. En ese sentido sería temor a lo desconocido. Ya dicen por allí, más vale lo viejo conocido que lo nuevo por conocer.


-Creo que eso se puede interpretar también como temor a lo que no entendemos. De alguna u otra manera, algo que somos capaces de comprender no nos provoca tanto miedo. Para algunas personas, una ida al dentista les provoca miedo, sin embargo, analizar la situación provoca en ellos que ese miedo sea superado. Lo mismo sucede en las salas de ayuda para fobias, la forma de vencer la fobia es por medio de entenderla y restarle importancia.


-Entonces, ¿eso quiere decir que siempre estaremos destinados a temerle a algo? No es muy dificil darse cuenta que como nuestro raciocinio es basado en la lógica, siempre habrá algo que escape de ella, en otras palabras, siempre habrá algo que no logremos entender, y por lo tanto, algo a lo que le tengamos miedo.


-Lo más seguro es que si. Pero por otra parte, lo malo del asunto no es tener miedo, sino como manejamos el miedo. Creo que todo radica en que es necesario darnos cuenta de que hay cosas que no vamos a entender, pero que podemos aceptar. Acpetarlas provee una forma de no luchar contra el miedo, sino manejarlo, dominarlo en cierto sentido. La clave es dominarlo, no que lo domine a uno.


-¿Y qué de entender el miedo? Si lo entendés querría decir que no tendrías miedo a tener miedo.


-No creo que pueda entender al miedo, creo que solamente tendría que aceptarlo.

miércoles, 29 de junio de 2011

Incertidumbre

Oscuridad
ojos cerrados
clausurados por el tiempo
cansados
deseperados
el va y ven del viento
y a lo lejos un sentimiento
desfigurado por el tiempo
terjiversado se estanca riendo
ceder ante el vacío
sensación de ir cayendo
un aire entre cálido y frío
navegando hacia lo desconocido

Cayendo en la incertidumbre
cayendo inmisericorde a la invertida cumbre
profundidad profana
destino ignorante
esperanza mundana
sueño flagrante

Abismo partido
libertad prestada
futuro cedido
ansiedad amordazada

Cayendo
en la incertidumbre
cayendo
buscando la cumbre

miércoles, 22 de junio de 2011

Tenerte

La suave brisa llena el espacio
azul mar y azul cielo
despacio
un delicado pincelazo albo se asoma con recelo
inmóvil
catatónico
un pensamiento un poco cenil y un poco irónico
¿búsqueda por ausencia
ó ausencia por búsqueda?

El color de tu presencia
el sonido aun queda
el aroma es tu escencia
el terso toque que ya no era

Blanco, verde y azul
nubes, hojas y olas
un recuerdo vestido de tul
el imperseptible pasar de las horas

Contemplando la soledad se vuelve acompañada
contemplandola pasar se vuelve olvidada
vuelve el olvido al ser acompañado
vuelve contigo el deseo olvidado

Solitaria ausencia es estar acompañado
acompañada presencia es vivir enajenado
vivir en compañia es un suicidio inerte
y la soledad
la soledad simplemente es no tenerte






lunes, 13 de junio de 2011

Menguante

Una voz se divisa a la distancia
suspiro leve y agónico
un tanto inerte e icónico
cansado
si, cansado por el tiempo
tan solo se esbosa su sonido y su lamento
tan solo que solo esta con su presencia

El grito del ayer devino en el murmullo de ahora
el silencio del mañana
un suplicio perecedero
sin embargo, latente
constante y cambiante
alternante

Sueños soñados
de tanto soñar se vuelven solo eso
sueños
sueños sin dueños
sueños sin sueños
sueños soñados en el olvido
sueños abandonados en el olvido
sueños
olvidar el olvido se vuelve como soñar dormido
no se sabe si es soñar por olvidar u olvidar por soñar
a veces termina siendo recordar
recordar que se olvida soñar
y se sueña con olvidar

Olvido si soñaba
soñaba sueños que se me están olvidando
menguando
como la luna que después de resplancer deja todo en tinieblas
olvidé si soñaba
en el olvido sueño sueños olvidados
sueño sueños desamparados
sueños desterrados
sueños enterrados
que solo en noches de luna llena se dibujan en las alturas
con letra tenue
con aliento suave
con un suspiro anhelante
y con el alma durmiente

Ya no se si soñaba
ya no se si olvido
tan solo sueño con soñar
y olvidar el olvido
olvidar el pasado
soñar el futuro
y hoy,
hoy solo quiero olvidarme de los sueños
y contemplar la luna llena

viernes, 27 de mayo de 2011

Gris

Una imagen borrosa en la lejanía,
se va desdibujando su contorno,
me llama,
me mira,
y de repente, de repente se desvanece
¿habrá sido tan solo un sueño?
¿una epifanía?
un portazo me reincorpora
me arranca de un lugar tan lejano
tan sórdido
tan extraño
tan ajeno que ya lo siento como mío.

Mis ojos se enmudecen
se ciega mi boca
la bruma y el viento me ensordecen
la claridad es tan poca
tan poca y tan borrosa
la puerta ¿se abrió o se cerró?
indistintamente, confusa
profusa
persecución fugitiva y cautiva
un portazo me reincorpora
y de repente,
de repente ya no hay nada
la eternidad se esfuma en un instante
y todo se hace nada.

La puerta se cerró
pero, ¿será que se abrió?
abrir ó cerrar
seguir ó parar
esperar ó luchar
iniciar ó terminar
dilucidar
dilema antagonista
solitario protagonista

Dicotomía intrínseca
¿dicotomía furtiva?
pero, ¿dicotomía?
dicotomía subjetiva
aprensiva
hipocondríaca
¿dicotomía?
dicotomía,
y al final, el gris existe.













lunes, 9 de mayo de 2011

Retrospectiva

Recuerdos prestados
memorias ajenas
un esbozo de reflejo desconocido
familiar, pero ajeno
afuera dicen que soy yo
pero de eso, ya no me acuerdo

Recuerdos ajenos
memorias prestadas
espectador pasivo de mi actuar furtivo
¿es esto lo que dicen que soy?
¿o es que soy lo que dicen que es?

Recuerdos y memorias
recuerdos que debo recordar
memorias que debo de guardar
pero tan solo eso
recuerdos
memorias
pequeños fragmentos de vida
pincelazos de alegrías
sé que debo de recordar
pero
¿recuerdo?
¿o tan solo sé que recuerdo?

Memorias y recuerdos
recuentos
y al final tan solo soy
ya no fui
aun no seré
tan solo soy
tan solo estoy


miércoles, 4 de mayo de 2011

Cuadrado Latino

Oír el sonido de tu voz
que me transporta a un universo solitario
para dos
donde con cada verso de tu boca es como el trinar de un canario
apacible
brillante
armonioso
cálido
dulce

Ver el resplandor de tu sonrisa
que me hace soñar y me catapulta hasta el cielo
que me hace quererte despacio y sin prisa
y con tan solo un esbozo, convierte todo en un sueño
brillante
armonioso
dulce
apacible
cálido

Sentir el aroma de tu cabello
que me hace quererte sin ataduras
que me cautiva como la luna y su destello
como un suave perfume de nardos púrpuras
armonioso
dulce
cálido
brillante
apacible

Gustar el sabor de tus labios
que me anestesian de la realidad
que en un beso profundo se funden con los míos
y como dulce néctar me llena de vitalidad
cálido
apacible
brillante
dulce
armonioso

Sentir el calor de tu piel
que me hace sentir vivo
que hace que todo encaje bien
y me envuelve con un suave manto de lino
dulce
cálido
apacible
armonioso
brillante

Quiero sentirte
con mis oídos y ojos
con mi nariz y mi boca
con toda mi piel
sentirte sin sentido
sentirte sin sentirlo
pero sobre todo quiero sentirte por dentro
sin motivo ni razón
tan solo quiero sentirte despacio y muy lento
sentirte con el corazón

lunes, 18 de abril de 2011

Tan solo

Luna, sos como la luna
tan perfecta y distante
tan brillante y tan radiante
hipnotizante
sonriente nocturna
delirio pasajero
ternura y locura
que en tus noches de plenitud iluminás todo el espacio
despacio
te alejás despacio y dejás todo en tinieblas
oscuro
vano y profano
oscuro
inerte
que con tus ojos de cielo reflejás lo más puro y sincero
si tan solo supieras que estoy aca
puntual como cada noche
espectante
contemplante
si tan solo supieras que siempre te veo
en tus resplandores y oscuridades
si tan solo supieras
dejaría de estarlo
sí, tan solo

domingo, 17 de abril de 2011

Cinco minutos

Aquella era una cálida tarde de primavera, quizas eran al rededor de las tres o cuatro de la tarde. Una suave brisa mitigaba el ya presente calor que indicaba la venida de un verano tempranero. El cielo estaba despejado y mostraba un color celeste profundo, liso y parejo, que daba una sensación de libertad y amplitud. La gente caminaba entre la sombra de los pocos arboles esparcidos meticulosamente entre las flores y arbustos del parque. Otros escapaban de la rutina diaria con sus manteles y cestas de comida, entre juegos de pelota y correterío de perros, y unos cuantos más se perdían del paisaje entre sus hamacas multicolores y libros de cuentos y poesía.

A un costado de los rosales venía caminando una pareja de muchachos, él parecía contemplar cada minúsculo detalle de aquella escena, del cantar de los pájaros, del correteo de las ardillas y del ondular de su cabello con el viento, mientras ella parecía serena e indiferente, como enfocada en su relato e inmersa del todo en la conversación.

Deberían a penas haber llegado a los veintes, siendo ella talves un par de años más joven. La profundidad de su mirada soñadora lograba provocar que cuando ella le hablaba él cayera en un cierto estado de animación suspendida y se perdía en el resplandor de su sonrisa. Ella por su cuenta, no estaba completamente segura de lo que pasaba, no sabía si era que admiraba la pasión con la que él hablaba de todo lo que hacía, o si simplemente era el brillo en sus ojos, como evocando un pasado mutuo del que ninguno se acordaba.

En un descuido momentaneo de ella, él se reclinó rápidamente para cortar una rosa. Eran rosales muy bien cuidados, de medio metro de alto y de color rosado con la orilla roja con un pincelazo blanco en el medio de cada pétalo. Al instante de cortarla, se le congelaron los músculos de la mano y la retrajo como habiendo sentido un impulso eléctrico que le hacía mover la cabeza en modo de negación, y al mismo tiempo, que le hacía bajar la mirada, quizas recordando algo o no queriendo recordarlo.

Un momento antes de terminado este episodio, ella volteaba la mirada hacia él, y con voz dubativa e inocente le pregunta
-¿qué ibas a hacer?-,
después de una breve exhalación y un esbozo de sonrisa conformista, él contestó
-nada.....nada- como repitiendo la palabra para convencerse él mismo de aquella escueta respuesta.
-pero....¿porqué te detuviste?- replicó ella como sabiendo lo que él había intentado hacer,
-igual, decime ¿de qué serviría?- le contestó mientras reaunaba la marcha y la dejaba ligeramente atrás,
-¿porqué dices eso?- insistió ella como haciéndose la desentendida. Él volteó y la vió a los ojos como nunca antes nadie lo había hecho. Ella se sintió paralizada por un instante, había logrado tocar un punto muy resguardado y ahora estaba a la espera de una reacción acumulada, guardada durante varios meses, esperando la menor excusa para ser liberada.
-tu, ya sabés por que lo digo, si es que '¿porqué?' es la pregunta adecuada-.

Ella guardó un silencio sepulcral, como habiendo recibido un golpe certero y haber quedado a la deriva sin arma de contraataque. Una ráfaga de viento rompió el silencio creado entre ambos, mientras unas hojas secas hacían camino entre sus pies.

-Que bueno verte, espero que estes bien y cuidate mucho por favor- le dijo él y se despidió dándole un beso en la mejilla. Ella no logró mas que armar un diminuto -adiós- mientras lo veía alejarse de allí.

Es increíble lo que puede pasar en cinco minutos y en cinco minutos nada más.

domingo, 20 de marzo de 2011

Más que el amor

Palabra corta
fugaz
inocente y trascendente
importante y marcante
desesperante
motivante y sonriente
amalgama de cuatro letras y dos personas

Amor
¿qué es el amor?
el amor es más que divorciarse de la soledad
más que jugarle la vuelta al silencio
más que una compañía
más que un futuro con recuerdos desconocidos
más que un paradigma
más que escaparme de mí mismo
más que una charla en la noche

Amor
es más que tu sonrisa acechante
más que tus ojos invadiendo mi alma
más que tu nombre asaltando cada cuartel de mi cabeza
más que tu vestido azul
más que la catarsis de tu presencia
más que el tiempo que te llevás junto con tu ausencia
más que encontrarte perfecta


¿qué es el amor?
es más que tu voz en el teléfono
más que tu rostro en cada rincón
más que la emoción
más que el sentimiento
más que la lógica y la razón
más que la convicción
más que la atracción

Amor
¿qué es el amor?
es más que ser correspondido
porque el amor no se corresponde
es más que compartir
porque el amor no se comparte

Pero el amor
¿qué es el amor?
Si algún día te decidís
tal vez
tal vez juntos lo podríamos descubrir

miércoles, 9 de marzo de 2011

Olvido

Un suspiro en la noche
un reflejo escurridizo
cuatro paredes y una ventana
afuera
afuera parece que hay algo
mas silencio talvez
que sea capas de llenar con sonido mi cabeza

Mente en blanco
refugio de recuerdos que no serán
de planes que nunca fueron
de presentes que no llegan
que se quedaron olvidados en el olvido
sucumbiendo ante un pasado que no pasó
habiendo finalizado en el principio
y nunca terminando de iniciar

Un tren que no llega sin haber partido
talvez nunca lo hizo
talvez nunca lo quiso
talvez estuve esperando su llegada en la estación de partidas
y talvez de tanto verle partir
no reparé al verle llegar

Un techo oscuro y cuatro paredes
un vacío tan grande como el de allá afuera
un tren se escucha en el olvido
y de su sonido ya ni me creo acordar

sábado, 5 de febrero de 2011

Viaje dentro de mí (II)

'¿Su número de asiento?' me preguntó una aeromoza con sus profundos ojos azules y tono españolete mientras ingresaba al avión, 'pasillo izquierdo, en la fila 19, ventana' replicó al hacerle saber mi número. Por fortuna me había tocado ventana, estar metido en un avión por 9 horas y no ver más que un cuarto largo y lleno de gente me causaba una sensación de pánico. A duras penas acomodé mi mochila en el compartimento superior, mi ropa, un par de libros, el cargador de mi laptop y de mi mp3, la camara y los recuerditos de mis amigos y familia, habían hecho de mi mochila un equipaje que duramente quedaba dentro del límite permitido para equipajes de mano.

Aprovechando las largas horas de quietud e inactividad física forzada, decidí sacar mi laptop para continuar con la historia que había comenzado en la sala de espera. Saqué mis audífonos también, con el afán de poderme esconder de los ruidos del avión y las conversaciones entre pasajeros, y lograr concentrarme en mi relato.

'..en nombre del capitán, Jorge Augusto Villa Robledo, y toda la tripulación abordo, les damos la bienvenida al vuelo 1409 con destino a la ciudad de Madrid; el tiempo estimado de vuelo será de 9 horas y 17 minutos, les rogamos su cooperación para acomodar su equipaje de mano en los copartimientos superiores y ....'

la encargada de cabina hacía los anuncios de rutina mientras las pantallitas enfrente de cada asiento presentaban numerosos videos publicitarios de varios lugares de España. Poco a poco el avión comenzaba a llenarse, veía pasar gente de todas edades, unos reflejando el retorno a casa despues de una vida de lejanía, y otros, como yo, mostrando el aventurarse a un mundo desconocido, en parte, tratando de escribir la historia de nuevo en un sentido contrario, yendo descubrir el viejo mundo.

Baje la mecita del asiento y abrí mi computadora. Mientras esperaba a que cargara el sistema operativo, me puse a ver através de la ventana, como intentando encontrar inspiración para escribir, pero a su vez, me invadió una nostalgia profunda, como comenzando a extrañar ese lugar del que aún no me había ido. Muchas cosas vinieron a mi mentemientras veía por ultima vez ese pintorésco cuadro que dibujaban las montañas junto con el azul del cielo. Casi logré ver vividamente ese primer día de escuela, en donde me aferraba con todas mis fuerzas a mi papá, llorando porque no quería alejarme de él, casi pude sentir el olor de ese té vespertino que mi mamá hacia en las tardes nubladas y frias de agosto. Recordé también los hermosos ojos verdes de María, esa compañerita que tuve en primaria quien fué mi primer amor secreto. Y también, todas esas tardes en donde los amigos de la cuadra nos juntabamos a jugar futból, comenzando después de la hora del almuerzo y terminando a oscuras. Volví a vivir de nuevo ese día en el que mi papá me enseñaba a manejar, su voz firme indicandome que hacer, como intentaba encender el auto y como este se resistía, allí aprendí que conducir autos mecánicos no era tarea facil. Recordé también como me sudaban las manos esperando a que saliera Lucía de su casa para ir a nuestra primera cita, y como, horas después, me temblaba la voz al decirle que ella era la mujer más linda que jamás había visto. Ese día en el que sentí como se me acababa el mundo cuando tuvimos que llevar a mi mamá al hospital y pasar la noche allí, sin tener la menor idea que que le estaba pasando. Mi primer día de trabajo. Las noches de tertulia con los amigos. El día de mi graduación. El accidente de mi hermano. La muerte de mi tío José. Pero, una de las cosas que recuerdo con más detalle y que siempre me dejo en que pensar, fue esa vez que iba caminando por la calle y un niño, de esos que piden limosna, se me acercó y me preguntó que porqué sonreia de esa manera, que era una forma diferente a los demás. Fue algo que nunca entendí, y que quizás nunca vaya a entender a cabalidad.

En ese momento, un hombre con rostro apacible se sentó a la par mia. Su cara reflejaba unos sesenta y tantos años, complexión delgada, atuendo conservador e impecable, llevaba una gabardina beige y un sombrero gris con una cinta negra alrededor. Me vió y me dió los buenos días, esbozando una cálida sonrisa, mientras destendía el periódico del día en la sección de internacionales. Parecía que iba a ser un buen compañero de vuelo.

***

De pronto comenzó a moverse el tren. Había pasado un par de meses en ese pequeño pueblo francés y ahora era el momento de partir. No sabía si la iba a volver a ver en realidad, el destino a veces es muy complicado como para decifrarlo, solo sabía que nunca iba a olvidar ese pueblo, ni la iba a olvidar a ella.

Al ver por la ventana, no pudo más que dibujar una sonrisa y clavar su mirada en los ojos de ella. Resembló una escena de una película extranjera, cuando al momento de irse el tren ella comenzó a caminar a la par de este, como alargando los pocos instantes de conección entre los dos, él no podía hacer más que verla allí afuera, tan cerca, pero a la vez, tan distante. El tren aceleró, y ella comenzó a correr a la par de suya. Él nunca olvidará como unos días pudieron haber creado este lazo tan fuerte, como pudieron haber desencadenado en la estampa que estaba presenciando, y que, nunca iba a olvidar.

Ricardo Rodriguez era un muchacho de 24 años, callado y un poco introvertido. Medía 1.72 y era de complexión delgada. Ojos y cabello café oscuro, nariz prominente y una cicatriz en el lado derecho de la boca producto de haber nacido con labio leporino. Había estudiado antropología en la Universidad de los Andes, atraído principalmente por su sed de entender el comportamiento humano en la actualidad. Graduado con honores a la edad de 23, Ricardo destacaba por su pasión y entrega en el campo de la antropología. Pocos meses luego de recibirse, fue contactado por el Royal Anthropologycal Institute de Londres, uno de los centros investigativos más prominentes del área. Pronto Rodrigo se involucró en un pequeño proyecto de investigación que tenía como miras el establecer un nexo entre la forma en que la sociedad europea se desenvolvía durante el siglo XVII y la estructura social de la américa latina moderna. Pese a su corta edad, Ricardo había realizado varios estudios tanto sobre los indígenas colombianos, como sobre la población residente en las grandes metrópolis de aquel país, lo cual presentaba un perfil muy adecuado para adjuntarse al equipo de a cargo de dicho proyecto.

Siendo un investigador del ser humano y su conducta, Ricardo siempre encontró fascinante el viajar y convivir con las personas, vivir sus costumbres y sus tradiciones, ser parte de la sociedad y aprender a ver la vida desde otro punto de vista, ver la realidad con ojos de extranjero, por esta razón, el ser invitado a participar de este proyecto le pareció una oportunidad muy atractiva, más que para encontrar diferentes comportamientos sociales, para hallar similitudes entre grupos endémicos de diversas áreas geográficas.

Hacía unos 3 meses que se había mudado a Londres para ejecutar el proyecto que estaba proyectado a durar 15 meses. Su primer viaje exploratorio dio inicio hacía exactamente un mes, con destino en la región sur de Francia. Como en cualquier grupo de investigación, ser el más joven le hizo que tuviera la mayor carga en cuanto a trabajo de campo, por lo que la mayor parte de dichos 15 meses los pasaría visitando diversos lugares y recaudando cuanta información le fuera posible, con motivo de proporcionar la información al resto del equipo para un análisis postrero.

Su primer sujeto de estudio fue la pequeña comunidad de Saint-Guilhem-le-Désert, un pequeño pueblo de alrededor de 260 habitantes, situada en el valle donde el río Verdus desemboca en el Hérault. Su posición geográfica le valió el título de 'desierto', debido a su poca accesibilidad y su diminuta población. Actualmente Saint-Guilhem-le-Désert conserva aún su estilo medieval debido precisamente por su relativo aislamiento geográfico y su población homógama. Por estas razones, dicho lugar era un punto de partida natural para esta tarea.

Ricardo había planificado investigar 5 ó 6 poblaciones, permaneciendo aproximadamente un mes en cada una de ellas. Un mes no era suficiente para obtener un cuadro social de una comunidad, ni siquiera una vida entera podía ser suficiente, sin embargo, debido a la corta duración del proyecto, no disponía de mucho tiempo para estar en cada uno de los lugares Básicamente su objetivo era el de observar la estructura social de cada lugar, desde las relaciones intrafamiliares hasta los ambientes laborales y de poder.

Saint-Guilhem-le-Désert le había presentado un muy interesante inicio en este viaje, al momento de llegar, se sintió transportado a la época medieval, caminando entre fortificaciones, calles estrechas, gente sencilla, peñascos y riscos, y una notable ausencia del mundo moderno. Las tabernas y cantinas le daban un toque místico al aire del cuál era imposible escapar.

La luz tenue del alumbrado público durante la noche reflejaba el tono grisaseo de las gruesas paredes de piedra sobre las calles empinadas transitadas únicamente por caminantes esporádicos. Era en verdad como haber retrocedido en el tiempo.

***

'En este momento queda prohibido el uso de dispositivos electrónicos, la tripulación le indicará cuando sea posible el uso de dispositivos electrónicos aprobados' se oía por el alta voz del avión, momento de tomar un descanso forzado.




jueves, 3 de febrero de 2011

Quizás

Hoy,
palabra sencilla,
corta,
simple,
fugaz,
casi eterna,
pero de un momento a otro,
el hoy se convierte en ayer,
y el ayer,
el ayer ya es solo un recuerdo,
a veces ya no recuerdo si fue ayer o hace 10 años,
solo se que no es hoy,
y que el tiempo que no fue, no será,
es porque el tiempo tan solo es,
tan solo está,
debe ser que el tiempo es como el amor,
no puede definirse,
tan solo sentirse.

Quizás fue hace 10 años,
o quizás fue ayer,
no estoy seguro,
lo único que sé es que es un recuerdo,
o quizás lo será,
quizás,
quizás mañana lo sabré.

miércoles, 26 de enero de 2011

Si

Que me pierdo en tus ojos,
en tu mirada,
que esa larga caminata iluminada tan solo por la luz de la luna me ha mantenido vivo hasta ahora, que te alucino a diario,
en mi camino,
en cada figura femenina que veo en la calle,
en cada foto,
en cada cuadro,
que veo tu sombra detrás de cada árbol,
que oigo tus suspiros acompañando a la suave brisa que quiebra este silencio perpetuo,
que por las noches, dentro de la oscuridad fría y solitaria,
sin desearlo ni forzarlo,
espontáneamente se dibuja tu rostro enfrente de mí sin motivo ni razón,
sin propósito,
que tan solo el ver tu nombre esbozado en el aire hace que todos mis sentidos se paralicen,
que cuando te veo tengo tanto que decir que no puedo decirte nada y me quedo allí,
mudo,
atónito,
perplejo,
inmóvil y estático,
que muero por decirte cuanto te extraño.

Sí, todo eso te diría si te conociera.

martes, 25 de enero de 2011

Viaje dentro de mí (I)

'Fue muy lindo conocerte' le dijo tras una larga mirada a los ojos, '¿volveré a verte algún día?' añadió un con tono afrancesado, 'posiblemente' respondió él subiendo al tren. De pronto se cerró la puerta entre los dos, él comenzó a caminar buscando un lugar donde acomodar su mochila, mientras ella lo seguía desde afuera através de las ventanas. Luego de un breve reconocimiento del lugar, logró encontrar un asiento libre junto a la ventana, sin despegar su mirada de ella, se sentó, como esperando que aquel momento no terminara nunca.

***

'Suena como un buen comienzo' pensé, 'tiene buen potencial'. En ese instante anunciaron por el alto parlante que mi vuelo había comenzado a abordar. Me esperaba un vuelo largo, era la primera que iba a pasar más de 3 horas dentro de un avión. Sentía una mezcla de nostalgia y nerviosismo, al fin y al cabo, mudarse a vivir a otro país no era cosa sencilla. Por una parte, iba a extrañar a mi familia, mis amigos de la infancia, los compañeros de la universidad, incluso a mis amigos del trabajo, pero simplemente necesitaba algo más, necesitaba encontrar más historias que contar, ver más gente, conocer más culturas, definitivamente era necesario viajar.

Desde mis años de colegio, vivía soñando durante las clases de historia y literatura, trataba de recrear los hechos más importantes que marcaron a la humanidad desde mi propia perspectiva, con mis propios diálogos y escenas, mientras que en las clases menos demandantes como matemáticas y ciencias naturales, me dedicaba a inventar mis propias fábulas y fantasías.

Siempre me llamó mucho la atención la capacidad de ciertas personas de inventar historias de ciencia ficción, de mundos lejanos, de viajes en el tiempo y agujeros de gusanos, de como era posible expresar con tinta muerta, los más profundos y apasionados sentimientos, y fue allí donde supe que tenía que estudiar letras.

Entré a la facultad con esa ilusión, con la meta de conocer las diferentes corrientes literarias que existían, ir más allá del típico análisis literario para adentrarme en la esencia de la narrativa, estudiar varios estilos de escritura, y con suerte, hallar mi propio estilo.

Luego de varios años de estudiar historia del lenguaje, literatura medieval, del renacimiento, contemporánea, de identificar los diversos tipos de corrientes literarias, las reglas de escritura y otros cursos igualmente atractivos, comenzaba a creer que en realidad la literatura era más una cuestión centrada en la forma y no primordialmente en el fondo. Llegué a pensar que ser un buen literato apelaba al arte del buen escribir más que del buen describir. Poco a poco comenzaba a crear bellos ensayos y narraciones, perfectamente estructurados, impecables en gramática y estilo, sin embargo, carentes de contenido y profundidad. De pronto, esos 6 años de universidad habían perdido su valor en un segundo. Resignado, me decidí a aprovechar lo que había aprendido y busqué un trabajo, al fin y al cabo ¿para eso es que se estudia en la universidad no? Tenía un trabajo muy bueno, era editor de un periódico y de un par de revistas de cultura, la presión no era mucha y el sueldo era lo necesario para llevar una vida holgada. Era el sueño de todos mis compañeros de la facultad, de los cuales incluso, algunos llegaron a ser mis subalternos. Sin embargo, había algo que no me llenaba, era como estar viviendo la vida nada más por vivirla, cada día era la espera de una agobiante e inevitable rutina, estaba perdiendo la emoción por escribir y relatar historias, incluso el leer ya no me cautivaba como antes, definitivamente había algo que no encajaba bien.

Logré resistir 3 años bajo ese suplicio, hasta que un día decidí volver a aquello que me apasionaba, escribir por vocación y no por dinero. Me sentía cansado mentalmente, mi imaginación ya no era la de antes, estar envuelto en el mundo de los libros y las letras había hecho que lo unico que saliera de mi cabeza fueran palabras y no historias. Era preeminente la necesidad de un catalizador para reactivar esa parte que, consciente o inconscientemente, había reprimido dentro de mí.

Al principio hice varios viajes al interior del país, alejado de los medios de comunicación, del internet y de los libros, y me dedique a adentrarme en las comunidades, estudiar su cultura, convivir con ellos, explorar la naturaleza y contemplar el paisaje. Fue tan refrescante el hacer esto que pasé de hacerlo una vez por mes, a viajar cada fin de semana. Simplemente, todo esto hizo renacer en mí esa pasión juvenil por crear historias, por imaginar hechos que talvez nunca fueron, y que quizás, nunca serán. Había encontrado de nuevo mi inspiración.

A pesar de que vivía en un país muy pequeño, era inmensamente rico en cuanto a cultura. Pasé al rededor de año y medio visitando cuanto pueblo y comunidad pude, y aún así, no logré percibir ni siquiera la mitad de la diversidad cultural que había allí. Conocí mucha gente tan distinta, muchos paisajes pintorescos y climas diferentes, que logré escribir varias decenas de pequeños cuentos. El viajar me había hecho sentir vivo de nuevo.

Es por eso que luego de mucho pensarlo y pensarlo, llegué a la conclusión que debía emprender mi peregrinaje, que mi combustible era el ir y conocer otros lugares, otras personas, y que el seguir en mi sedentarismo rutinario iba a terminar acabando conmigo.

Una de los frutos de haber trabajado casi por 5 años en un buen puesto era que había logrado ahorrar una buena cantidad de dinero, lo suficiente como para sostener mi plan de explorador por un par de años.

El haber oído un sin número de historias protagonizadas por locales y turistas europeos en los viajes recorriendo mi país causaron en mí que el primer destino de de mi aventura fuera dicho continente. De repente, allí estaba yo, sentado en la sala de espera de la puerta 4, con un boleto solo de ida hacia Madrid, dejando detrás todo lo que conocía, y aventurándome nada mas que con una mochila y mi laptop a un mundo totalmente desconocido y anejo a mi.

'Pasajeros de las filas 22 a la 30 favor de abordar en estos momentos'

esa era mi llamada para abordar el avión, me levanté y emprendí mi camino.


viernes, 21 de enero de 2011

Muchedumbre

Entre la muchedumbre,
inmerso, perdido, confundido,
veo a mi alrededor y solo logro ser espectador mudo de esta sinfonía,
suena tan armoniosa,
en tiempo,
y tan ajena a la misma vez,
alejada de mi,
desfasada de mi tiempo y de mi espacio,
debe ser que nunca he podido ser parte de esta orquesta.

Al final del día,
me veo en el espejo,
con mi propia sonata,
a otro tiempo,
en otro tono, con otro ritmo,
una sonata que comienza con el final y termina en el principio,
y al final,
el final no es más que el principio,
el comenzar de otro movimiento,
y de nuevo,
la orquesta sigue con su música y yo con la mía,
dentro del mismo escenario,
dentro de la muchedumbre.

lunes, 10 de enero de 2011

Al punto de partida

Y vuelvo al punto de partida,
después de un momento, allí estoy de nuevo,
muchas veces salgo a pasear,
visito la gente, veo sus costumbres, su forma de vivir y su existencia,
pero luego,
regreso al punto de partida.

Por algunos instantes se siente como un boleto solo de ida,
sin embargo ese tren siempre hace su camino y me encuentra donde quiera que esté.

Sigilosamente me espera por cualquier rincón,
en cada pared, en cada árbol, detrás de cada auto,
allí está,
esperando a que aborde para regresar,
al punto de partida.

A pesar de las paradas momentáneas en el camino,
siempre tengo una cita de regreso a la estación,
en medio de la noche, en medio de la gente, en medio del tráfico,
en medio,
siempre me encuentro en medio,
presto para regresar al punto de partida.

Muchas veces me pregunto si sera pasajero,
si el ciclo acabará,
si hay salida, si habrá escape,
si al fin de tantas, logre escapar de mi mismo,
de mi, de la gente,
de tí,
pero siempre que lo pienso,
sin notarlo,
me encuentro de nuevo de regreso al punto de partida.

jueves, 6 de enero de 2011

Razones

¿Razón?
Tengo miles de razones, y sin embargo tú me pedís solo una.
Una pintura, con pequeños destellos nocturnos,
con un ánima deambulante,
merodeante, vigilante incansable,
pero que solamente deja verse a plenitud tras el reflejo de él,
cada vez que el tiempo sea perfecto,
un cuadro en blanco y negro que nos visita a diario en el museo de las alturas.

O quizás aquellas planicies en donde una linea suave separa lo terrenal de lo celestial,
el sonido del viento, la música de su silencio,
un par de pincelazos blancos sobre ese manto celeste,
tan dinámico, y al mismo tiempo tan quieto, sereno, en paz.

De repente ese segundo,
en el que me hiciste comprender que era detener el tiempo,
cuando inadvertida se dibujó tu silueta entre la gente,
y en un instante,
apareciste allí para atar al reloj,
amordazándolo y matandolo a sangre fría, para luego borrarte entre la muchedumbre
y dejarme como espectador anónimo,
despertando de mi delirio pasajero.

Debe ser que simplemente hacés que todo caiga en lugar,
que debido a tu arte todo simplemente esté bien,
sea bien,
que con dos palabras podés desencadenar una historia para dos completa,
una sinfonía de sueños, que inicia y termina en tí.

Definitivamente es ese narcótico que me invade cada vez que te atravesás por mi mente,
sorpresivamente te posás alli y anidando los anhelos,
congestionando cualquier flujo de consciencia, matizando todo de color púrpura,
acelerando la segundera volviéndola una carrera pasiva,
de la cual quisiera no conocer ganador.

¿Querés razones?
Solamente te puedo dar una razón,
y es que mi verdadera razón es simple y llana,
no es profunda ni complicada,
no es grande ni glamorosa,
no es tierna ni romática,
mi razón, si es que existe, es que simplemente no tengo razón.